domingo, 15 de septiembre de 2013

De la tecnología a la creatividad


                Los tiempos modernos han llegado con un nuevo legado, la introducción de las tecnologías en todo tipo de actividad humana no solo ha brindado una constante mejora en la calidad de vida de las personas, sino que ha ido rompiendo paradigmas de lo que muchas veces se veía imposible de realizar, sin embargo como todo cambio posee a su vez ciertas desventajas y en este sentido la velocidad con que se presentan los avances tecnológicos genera en las personas una menor capacidad de adaptación a los cambios, para lo cual es cada vez más relevante que las personas cuenten con una mayor flexibilidad y capacidad de adaptación.
                Es urgente y relevante que las sociedades cultiven procesos de transformación dinámicos que les permita adaptarse a este nuevo modelo económico y social en constante evolución, se preparen y se encuentren capacitadas  para adaptarse  a los cambios o, mejor aún, tener capacidad de ser  protagonistas de ellos. Hasta hace pocas décadas, la capacidad tecnológica era el elemento distintivo de las sociedades  más avanzadas. Sin embargo, con el paso del tiempo, la tecnología, a pesar de seguir siendo un sine qua non, se está mostrando insuficiente para ser competitividad en un contexto como el actual.
                 Como solución a esta problemática, una de las estrategias más desarrolladas consiste en la aplicación intensiva del conocimiento en el desarrollo de procesos innovadores. El conocimiento es clave en este tipo de procesos  debido a que cumple con la responsabilidad que, con la base tecnológica existente, los bienes y servicios poseen  un mayor valor añadido transformándose así en productos mucho más competitivos en el mercado a diferencia de la competencia. Es por esto que empresa modernas apuntan fuertemente al desarrollo de un capital humano con una alta cualificación capaz de poner su conocimiento,  científico y tecnológico al servicio de la innovación, Sin embargo y considerando la velocidad con que avanza los procesos ya no basta  con la existencia de una capacidad  tecnológica y capital humano cualificado.  El creciente flujo de información y de personas ha facilitado el acceso a la economía del conocimiento, igualando las capacidades  de gran parte de nuestras sociedades. Frente a este escenario es que surge un nuevo elemento competitivo, altamente vinculado a la innovación y al conocimiento,  pero que compone un elemento diferenciador de las economías más avanzadas: “la creatividad”.

En este sentido son tres los elementos que determinan la capacidad de competir:
• El nivel de desarrollo tecnológico
• La capacidad de generar conocimiento
• La Creatividad
                Estos elementos interactúan entre sí, sin la necesidad que establezcan interrelaciones unívocas o en único sentido, es decir cada elemento va en directa  correlación  con el otro de manera continua generando un funcionamiento sinérgico dentro de una dinámica de continua interacción.
                Para alcanzar el óptimo funcionamiento de este modelo necesario contar con un capital humano que lo nutra, es decir, contar con personas que respondan a los perfiles requeridos en cada uno de los tres ámbitos señalados:
• Capital social, con habilidad de explotar al máximo la tecnología existente
• Capital Intelectual, dedicado a generar nuevos cono cimientos
•  Capital  Creativo,  con  habilidades  para  generar  nuevas ideas creativas que permitan alcanzar la innovación.
                La presencia en economías con mayor capacidad de capital humano con alta cualificación y sumado a una capacidad creativa y la correlación entre su existencia y la de procesos  de innovación es un tema profunda mente analizado. Richard Florida ha sido uno de los autores que ha contribuido de manera más notable a este planteamiento. En su libro The Rise ofthe Creative Class2 atribuye a lo que denomina la Clase Creativa un papel categórico en el crecimiento económico. Comprueba como las personas más creativas tienden a ubicarse en lugares que se caracterizan por tener altos grados de tolerancia, donde abundan las infraestructuras tecnológicas  y se concentran gran número de talentos con capacidad y formación técnica.
                Los trabajadores que formarían parte de esta Clase Creativa serían los pertenecientes a aquellos sectores considerados tradicionalmente creativos (arte, diseño, medios de comunicación, etc.). Además, este concepto abarcaría a trabajadores con profesiones como ingenieros, científicos, investigadores, informáticos, etc.

                La teoría de Florida acentúa la necesidad de ir en el descubrimiento y conquista del potencial creativo de cada trabajador perteneciente a una organizacion, y no solo a aquellos considerados como “Clase Creativa”. El crecimiento económico es motivado por la creatividad, por lo tanto si queremos alcanzarlo, es fundamental aprovechar la creatividad de segmentos más amplios de mano de obra en sectores como los servicios o la industria.


Publicado por Mauricio Parra

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